Una
fuerte explosión tuvo lugar esta noche en el barrio Chelsea de Nueva York. Dejó 29 eridos, y se calificó, obviamente con pruebas sólidas, como explosión intencionada. La trágica noche acordonó rápidamente la zona y promovió los servicios de seguridad. Además, interrumpió el metro.
Los vecinos de la zona recibieron mensajes de alerta para que se alejaran de las ventanas por el
paquete sospechoso. Uno de los residentes relató cómo la explosión en la calle 23 hizo temblar todo su edificio, los libros cayeron de las estanterías y los heridos corrían entre gritos.
La policía no confirmó siquiera que hubiera un artefacto, aunque algunos testigos citados por medios locales explicaron que este se encontraba en una
papelera de acero, que quedó totalmente retorcida por la deflagración. El alcalde de la zona descartó rápidamente la opción de que sea un
ataque terrorista y de ser también una amenaza contra el país.