"Por la noche mi alma cree desvanecerse hasta los infiernos. Aquella dimensión oscura y terrorífica me atormenta con sus temibles criaturas, en aras de mi fobia por escapar de allí.
Un inocente yo cree en la libertad allá; sí, allá; en aquellas profundidades donde el tenebroso vacío de mi silencio se convierte en una fatigante soledad.
No existe el sentimiento de lástima, el amor se ausenta, el cariño se transforma en odio y el miedo aumenta mientras una nueva criatura decide engullirme. En ese instante... en ese afortunado instante... todo terminó. Un grito ensordecedor me despertó. Era yo. ¿Quizás la bestia tuvo compasión una vez más? ¡Qué sé yo, melancólica madrugada, qué sé yo...!"
- La bestia de la parálisis del sueño