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Los hikikomori (ひきこもり o 引き篭り, hikikomori?) son adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la sociedad japonesa y se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de ellos, reaccionando con un aislamiento social. Los hikikomori a menudo rehúsan abandonar la casa de sus padres y puede que se encierren en una habitación durante meses o incluso años. La mayoría de ellos son varones, y muchos son también primogénitos. Este tipo de problemas se centran (aunque bien, no son exclusivos) en las clases media-alta y alta, donde el joven posee cuarto propio, lo cual es considerado un lujo en Japón. La palabra japonesa hikikomori significa aislamiento en español.
Mientras que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y padecen agorafobia, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de las sopas instantáneas, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor comodidad).
El aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación. A menudo se encuentran tristes, pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y hablan menos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el detonante para su aislamiento.
La mayoría de los hikikomori mantienen contacto con el mundo exterior solamente por el ordenador, la televisión y los videojuegos en línea. Sin embargo, en casos extremos, el hikikomori puede cerrarse incluso a esto y permanecer horas y horas en la misma posición, con la vista en un punto fijo, viviendo de su imaginación.
La falta de contacto social de estas personas y el aislamiento prolongado tienen un gran efecto en la mentalidad de los hikikomori, y pierden sus habilidades sociales y los referentes sociales y morales necesarios. A menudo, el mundo de la televisión o los videojuegos se convierten en su marco de referencia.
Si el hikikomori finalmente (a menudo después de unos cuantos años) regresa a la sociedad por su propia voluntad, tiene que afrontar el problema de haber perdido muchas de sus habilidades sociales, así como años de estudio. Esto hace la reentrada en la sociedad más difícil. Temen que los demás descubran su pasado como hikikomori, y se muestran vacilantes con la gente, especialmente si son desconocidos.
Su miedo a la presión social puede convertirse en ira, y la pérdida del marco de referencia social puede conducir también a un comportamiento violento o delictivo. En casos extremos llegan a atacar a los padres y a delinquir, y sirvan como ejemplos: En el año 2000, un hikikomori de 17 años secuestró un autobús y mató a un pasajero. Otro caso fue el de un hikikomori que secuestró a una chica joven y la tuvo en cautiverio durante nueve años. Otro mató a cuatro chicas para recrear escenas de un manga hentai guro (cómic pornográfico gore). Estos casos se generalizan haciendo pensar a la opinión pública que todos los hikikomori son así, o haciéndoles relacionar ciertas temáticas con los malos hábitos de estos jóvenes.
Llegué al artículo cuando me entró curiosidad por los hikikomori, al oírlos nombrar constantemente en animes y mangas.
¿Qué os parece? A mi parecer, son personas y punto, como cualquier otro, ya que no hay nadie igual a nadie, pues ellos tampoco. Sus decisiones son suyas y de nadie más.
Por cierto, comparto muchas características, sólo que en menor grado.
Sobre los hikkikomoris había leído hace un tiempo, y es bastante interesante esa situación. xP.
De lo que dices, que son decisiones suyas, es cierto, pero por un lado viven como un parásito, a costa de sus padres que son los que deben mantenerlos.
De lo que dices, que son decisiones suyas, es cierto, pero por un lado viven como un parásito, a costa de sus padres que son los que deben mantenerlos.
De lo que dices, que son decisiones suyas, es cierto, pero por un lado viven como un parásito, a costa de sus padres que son los que deben mantenerlos.
A partir de los 18 pueden echarlos de casa.
A partir de los 18 pueden echarlos de casa.
Si me dices eso, la cosa cambia...
Otra cosa que no entiendo es la razón por la que, si quieren que sus hijos salgan de su reclusión, no van presionándolos con métodos como cortarles internet, la señal de televisión, etc... Aunque sea relativamente cruel.
Ahora, si me dices que lo hacen, la cosa cambia nuevamente. xDDD.