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¿Has escrito algo en serio? ¿Tienes pensado hacerlo?
Quizá sí y te apetezca contarlo, quizá lo hayas hecho pero tengas vergüenza (sinceramente, aquí nadie es perfecto, así que no la tengas y adelante, yo personalmente te animo), o quizá tengas alguna idea en mente, pero todavía no has dado el paso para plasmarlo en papel (o pantalla).
Yo personalmente tengo 2 proyectos en mente, una trilogía que ya he empezado y otro libro independiente, del que ya tengo la trama y el título. De la trilogía, la base la tengo, pero el título aún no lo he encontrado (voy además por la primera parte).
Si me animo, subo un trozo o la sinopsis de alguno de los dos proyectos :%:
Os invito a que lo conteis, en serio. Nunca se sabe si una idea, por muy estúpida que sea, te puede cambiar la vida... Por intentarlo no se pierde nada, pero sí que se puede ganar, y mucho.
Quizá sí y te apetezca contarlo, quizá lo hayas hecho pero tengas vergüenza (sinceramente, aquí nadie es perfecto, así que no la tengas y adelante, yo personalmente te animo), o quizá tengas alguna idea en mente, pero todavía no has dado el paso para plasmarlo en papel (o pantalla).
Yo personalmente tengo 2 proyectos en mente, una trilogía que ya he empezado y otro libro independiente, del que ya tengo la trama y el título. De la trilogía, la base la tengo, pero el título aún no lo he encontrado (voy además por la primera parte).
Si me animo, subo un trozo o la sinopsis de alguno de los dos proyectos :%:
Os invito a que lo conteis, en serio. Nunca se sabe si una idea, por muy estúpida que sea, te puede cambiar la vida... Por intentarlo no se pierde nada, pero sí que se puede ganar, y mucho.
Uh... si, una trilogia de ciencia ficcion estilo memorias de Idhun... tengo echos todos los preparativos, un mapa, sus lugares, los personajes... el problema es el comienco y atar cabos al final, aunque siendo de fantasia no deberia haber nignun problema...
A ver, como escribir algo muuuuuuy extenso, nunca. Igualmente hace unos años se me daba por hacer cuentos de dos o tres páginas de Word. Eran interesantes, supongo. xd
Estoy haciendo como una especie de novela-diario. Aquí va la primera página:
Suena el sonido satánico del despertador. Asomé la cabeza con los ojos entrecerrados y con legañas y miré el infernal aparatito. ¿Qué estaría pensando el inventor del despertador cuándo lo creó? Pues yo pienso que es el peor invento de la historia. Al menos en un día laborable.
Eran las 8 de la mañana de un lunes de mayo. No sé por que no guardaría las sábanas, hace un calor infernal y yo tapado hasta el cuello. Me levanté de la cama con una cara de odio hacía el mundo y lo que me rodea. Fui directo al baño para echar una meada, pero antes de ir hacia el lavabo para descargar la vejiga tenía que pasar por el espejo. Cuando me miraba al espejo de buena mañana, me daba una pereza abrumadora pensar en peinarme esos pelos al estilo Cruela de Vil y quitarme las legañas, un arduo trabajo que restaba 5 minutos de esos 20 minutos que disponía para prepararme e irme al instituto.
Cuando acabé de mear, me lavé la cara con agua fría para despejarme un poco y no parecer un zombi. Me dirigí hacía mi cuarto de nuevo esperando a que mi madre me preparara la ropa, pero faltaban los dichosos calzoncillos. ¿Cómo iba a ir con los calzoncillos de ayer? Ya bastaba con llevar los calcetines sudados de hace 2 días.
Cuando me vestí, me puse los tochos, comúnmente llamado libros y me dirigí a desayunar. En la mesa estaba el vaso de Colacao con los grumos que no se disuelven con la leche. Como los odio. Cuando me senté, ví a mi padre haciendo las cuentas encima de la mesa. Disimuladamente le di un golpecito a la pata de la mesa y… todas las monedas al suelo. Mi padre puso una cara al estilo Hulk después de que los malotes hagan estragos en la ciudad. Después de ese momento de diversión momentáneo, miré a la televisión y vi la hora. ¡Las 8:22! Me bebí el Colacao sin apenas degustarlo y me fui al baño de nuevo. Me peiné los cuatro pelos que tenía sueltos con bastante dificultad. Eso se solucionaría se me dignara a ir al peluquero, pero no quiero ni tengo tiempo. Me dirigí como un rayo al comedor y me colgué la pesada mochila en la espalda y salí de casa sin despedirme. Cuando estaba en el portal, tenía una rara sensación, como si me hubiera dejado algo… ¡Las legañas! Cuando salí del portal, empecé a frotarme los ojos haciéndome un poco de daño para que los pegajosos restos que estaban depositados en mis ojos salieran. Cuando me aparté las manos, ya era demasiado tarde…
Mi frente se puso roja como un tomate para después pasar a un violeta típico de los hematomas. Me había dado contra una farola por ir con los ojos cerrados por la calle. A los viandantes le hizo bastante gracia, ya que se escuchó un sonoro jijiji que provenía de todos los lados de la calle. Emprendí mi marcha hacía el instituto con bastante disimulo.