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Supongo que conocéis la historia pero por si acaso os pongo un texto sacado de escalofrio.com (totalmente real) y unos videos en los que hablaban de este tema en cuarto milenio (son de la 1 temporada, volvieron a hablar en la 2 pero en youtube no están así que...)
La historia es increíble...
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Cuarto Milenio "Libro Amityville" (1ª Parte)
http://es.youtube.com/watch?v=lwRoo8qEu3s&feature=related
Cuarto Milenio "Libro Amityville" (2ª Parte)
http://es.youtube.com/watch?v=S-dfIx8KmA0&feature=related
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Casa embrujadas: El espeluznante caso de Amityville
No hay ciudad o pueblo que no tenga una casa embrujada, aquella que desde niño miramos con miedo, más que nada porque se trata de un lugar abandonado y en mal estado, sobre el cual pesan una serie de historias, que en la mayoría de los casos son inventadas para justificar el porqué nadie las habita.
Pero no todas estas casas embrujadas son puro cuento, o están deshabitadas. Hay algunas en donde realmente suceden cosas extrañas, aún con gente en su interior. La sede de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Viña del Mar es un ejemplo: las historias que se cuentan sobre esa casa y la cantidad de incendios sin explicación que registra Bomberos, ha dado pie para muchas leyendas. También está el conocido fantasma del Palacio Rioja, que se ha dejado ver y sentir en reiteradas oportunidades en los salones en donde funciona el Conservatorio de Música.
Pero hay casos en que estas extrañas presencias al interior de una casa han ido más allá de simples apariciones. Uno de los casos más perturbadores que registra la historia es el ocurrido en la localidad de Amityville, en Estados Unidos, donde una familia fue literalmente expulsada de su vivienda por entes de naturaleza desconocida, y hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de volver a habitar esta casa. Los protagonistas del caso, que incluso inispiró una película, nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa, hasta que hace algunos años dieron una entrevista a un programa periodístico en Estados Unidos, donde revelaron sólo parte de la espeluznante experiencia que les tocó vivir en la casa de Amityville.
112, OCEAN AVENUE
Esta historia tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.
Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró en la pieza del único superviviente dos cajas de cartón de balas para un rifle.
Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, y el joven fue condenado a 25 años de prisión.
Retirada de los cadaveres del asesinato de Amityville.
UNA CASA POSEIDA POR EL ESPIRITU DEL MAL
Pero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos que se sucedían...
Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.
Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.
La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.
A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡Á LARGATE DE AQUê !!!. Según los relatos de la época, cuando el sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.
La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.
La historia es increíble...
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Cuarto Milenio "Libro Amityville" (1ª Parte)
http://es.youtube.com/watch?v=lwRoo8qEu3s&feature=related
Cuarto Milenio "Libro Amityville" (2ª Parte)
http://es.youtube.com/watch?v=S-dfIx8KmA0&feature=related
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Casa embrujadas: El espeluznante caso de Amityville
No hay ciudad o pueblo que no tenga una casa embrujada, aquella que desde niño miramos con miedo, más que nada porque se trata de un lugar abandonado y en mal estado, sobre el cual pesan una serie de historias, que en la mayoría de los casos son inventadas para justificar el porqué nadie las habita.
Pero no todas estas casas embrujadas son puro cuento, o están deshabitadas. Hay algunas en donde realmente suceden cosas extrañas, aún con gente en su interior. La sede de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Viña del Mar es un ejemplo: las historias que se cuentan sobre esa casa y la cantidad de incendios sin explicación que registra Bomberos, ha dado pie para muchas leyendas. También está el conocido fantasma del Palacio Rioja, que se ha dejado ver y sentir en reiteradas oportunidades en los salones en donde funciona el Conservatorio de Música.
Pero hay casos en que estas extrañas presencias al interior de una casa han ido más allá de simples apariciones. Uno de los casos más perturbadores que registra la historia es el ocurrido en la localidad de Amityville, en Estados Unidos, donde una familia fue literalmente expulsada de su vivienda por entes de naturaleza desconocida, y hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de volver a habitar esta casa. Los protagonistas del caso, que incluso inispiró una película, nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa, hasta que hace algunos años dieron una entrevista a un programa periodístico en Estados Unidos, donde revelaron sólo parte de la espeluznante experiencia que les tocó vivir en la casa de Amityville.
112, OCEAN AVENUE
Esta historia tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.
Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró en la pieza del único superviviente dos cajas de cartón de balas para un rifle.
Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, y el joven fue condenado a 25 años de prisión.
Retirada de los cadaveres del asesinato de Amityville.
UNA CASA POSEIDA POR EL ESPIRITU DEL MAL
Pero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos que se sucedían...
Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.
Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.
La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.
A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurririó al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡Á LARGATE DE AQUê !!!. Según los relatos de la época, cuando el sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.
La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
Dios yo no me atrevo a leerlo porque si no hoy no duermo...
Alguien está dispuesto a hacer un resumen?
Alguien está dispuesto a hacer un resumen?
Veamos...
Los ruídos pudieron ser por cualquier cosa, las manchas en la pared y los olores se pudieron deber a que la casa estuvo sin limpiar durante casi un mes, y recordad que es una casa de campo, lo cual la humedad pudo provocar las manchas y el olor pudo provenir de cualquier lugar del vecindario
Lo de sentirse observado es tan solo un sentimiento, y si piensas en que las cosas anteriores las provocó un fantasma o lo que quiera que sea, es normal que los Lutz empezaran a imaginarse cosas
Y lo del cura y lo de que alguien le gritó "fuera de aquí" se puede explicar (aunque es una teoría un poco descabellada) en que un okupa vió la casa vacía y se escondió en ella, y estando cabreado porque la casa volvía a tener dueños le pegó un grito a quien intentaba molestarle
ÀNo veis que todo se puede explicar sin recurrir a los fantasmas? Solo hay que pensar un poco...
Los ruídos pudieron ser por cualquier cosa, las manchas en la pared y los olores se pudieron deber a que la casa estuvo sin limpiar durante casi un mes, y recordad que es una casa de campo, lo cual la humedad pudo provocar las manchas y el olor pudo provenir de cualquier lugar del vecindario
Lo de sentirse observado es tan solo un sentimiento, y si piensas en que las cosas anteriores las provocó un fantasma o lo que quiera que sea, es normal que los Lutz empezaran a imaginarse cosas
Y lo del cura y lo de que alguien le gritó "fuera de aquí" se puede explicar (aunque es una teoría un poco descabellada) en que un okupa vió la casa vacía y se escondió en ella, y estando cabreado porque la casa volvía a tener dueños le pegó un grito a quien intentaba molestarle
ÀNo veis que todo se puede explicar sin recurrir a los fantasmas? Solo hay que pensar un poco...
ÀY lo del que el padre soñaba que su hija se ahogaba o dormía (ya no me acuerdo xd) con un cerdo en el embarcadero? Que se despertaba todos los dias a las 3 AM por eso y que un dia al despertarse vio a su mujer como si fuera una vieja de 100 años.
Y lo del perro que se volvía loco que quería salir de la casa...
Hicieron hasta una peli...
Y sobre que CASI todo se puede explicar, eso es a veces, otras no hay explicación común, además puede que haya una explicación normal pero una cosa es que haya pasado así...
PD:Lob leetelo que ese texto no es el que da cague!
Lo mejor son la historia y las pelis o recreaciones(la que te he puesto del cuarto milenio aunque en la 2º temporada estaba mejor ).
Y lo del perro que se volvía loco que quería salir de la casa...
Hicieron hasta una peli...
Y sobre que CASI todo se puede explicar, eso es a veces, otras no hay explicación común, además puede que haya una explicación normal pero una cosa es que haya pasado así...
PD:Lob leetelo que ese texto no es el que da cague!
Lo mejor son la historia y las pelis o recreaciones(la que te he puesto del cuarto milenio aunque en la 2º temporada estaba mejor ).
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
En un capitulo de los simpsons recrean esta parodia, la casa acaba autodestruyendose antes de convivir con la familia simpson. la casa encantada claro.
ya xDDD
En un capitulo de los simpsons recrean esta parodia, la casa acaba autodestruyendose antes de convivir con la familia simpson. la casa encantada claro.
PD:Asesinatos, el chico dice que era una voz, la casa no se vende, después de no se cuantos años al final la compran unos, y duran 30 días, y hasta ahora nada... Que casualidad
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
ÀCómo puedes explicar diferencia de temperatura de una estancia a otra 10 grados? ÀY que las 3AM no solamente se levantase el padre, y que la puerta de atrás o del enbarcadero a esa hora notase que estaba abierto, se levantaba y estaba cerrada, pero Àa las 3AM sabes que sucedió? Sucedieron los asesinatos.
Creo que lo del cerdo es un invención de la pelicula, que ne realidad lo que veía era un niño o una niña, muy similar a la que vivió allí. Àcómo explicas eso?
Creo que lo del cerdo es un invención de la pelicula, que ne realidad lo que veía era un niño o una niña, muy similar a la que vivió allí. Àcómo explicas eso?
Recuerdo haber visto esto en Cuarto Milenio, fue impresionante
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
Esta noche no duermo
:'( :'(
:'( :'(
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
Gracias por estas grandiosas aportaciones, soy afortunado por leer los dos últimos mensajes. Por favor, si comentáis cosas, un poco mas de extensión.
PD:Cj, mira este texto, nombran al cerdo...
http://www.ikerjimenez.com/reportajes/amityville/index.htm
Extractado del libro "Aquella casa maldita en Amityville", editorial EDAF
Día 8
Jueves, 25 de diciembre de 1975
George se sentó en la cama. Sabía perfectamente la hora que era sin necesidad de tener que mirar el reloj: las tres y cuarto de la madrugada. No entendía cómo era posible que esa noche también se despertara a la hora de siempre. Había dormido profundamente, pero solo una hora, porque se habían acostado tarde después de marcharse la madre y el hermano de Kathy. Pensaba que hoy dormiría hasta por la mañana, pero se había equivocado.
A su lado, su esposa descansaba tranquilamente, bocabajo y tapada hasta la cintura. Todo parecía normal, no se escuchaba nada, salvo el silbido del viento entre los árboles del jardín. Se respiraba cierto ambiente acogedor, y cayó en la cuenta de que era la primera vez que tenia esa sensación en la casa desde que se habían mudado, hacia una semana. El dormitorio estaba oscuro, pero podía ubicar los objetos gracias a la luz de la Luna que entraba desde el jardín.
De pronto, su mujer empezó a murmurar algo entre dientes, pero George no logró descifrar lo que estaba diciendo. Se esforzó. Incluso acerco su oído a ella con la intención de escuchar mejor sus palabras, pero no lo consiguió. Kathy inspiró profundamente y se incorporó de golpe. Parecía perdida. Su cabeza empezó a moverse con rapidez, mirando a un sitio y a otro, como desorientada. Con la respiración entrecortada, logró pronunciar algunas palabras.
—ÁEn la cabeza! —gritó sin mirar a su marido, que la observaba estupefacto-. i Le dispararon en la cabeza!.
George la cogió por el brazo y le acarici6 la cara. Después la abrazó con dulzura.
—Vamos, cariño. Tranquilízate. Solo ha sido una pesadilla. Nada más...
Kathy se acurrucó entre los brazos de su marido y volvió a quedarse profundamente dormida. Entonces la dejó nuevamente sobre la cama y se levantó para ir, como todas las noches, a la caseta del embarcadero. Otra vez sintió la imperiosa necesidad de comprobar si la puerta estaba o no cerrada. Se vistió, se puso su chaqueta de abrigo y salió al frío helado del jardín. La luz de la luna imprimía tonalidades blanquecinas a todo cuanto había a su alrededor. Se miró las manos, y también las vio blancas.
George llegó al embarcadero donde guardaba la lancha. Harry, el perro, salió de su caseta al oír sus pasos, pero ni siquiera ladró. Lo reconoció de inmediato. George se quedó unos instantes acariciando al animal, mientras miraba hacia la puerta cerrada del recinto de madera. Dejó a Harry y se acercó un poco más.
Observó la cerradura y se dio cuenta de que la llave seguía echada. Todo en orden. Se levantó el cuello del abrigo para protegerse la nuca y echo a andar por el camino de vuelta a la casa.
Al llegar a la altura de la piscina algo llamó su atención en el primer piso. Se detuvo en seco y miró hacia la ventana de la izquierda, la de la habitación de la pequeña Melissa. Le pareció ver un movimiento, pero no pudo distinguirlo claramente. Entonces se restregó los ojos con las manos para aclarar la visión y trató de enfocar un poco más la vista hacia el cristal. El corazón se detuvo de golpe.
Allí, desde la ventana de su habitación, Missy lo observaba intensamente. Seguía todos sus movimientos con los ojos abiertos como platos. Detrás de ella, George creyó ver de forma borrosa la cara de un cerdo con unas brillantes pupilas de color rojo, que parecían taladrarlo con la mirada. Su respiración se agitó y no tuvo más remedio que llevarse la mano al pecho, tratando de recuperarse de la impresión. Cuando recobró el aliento, echo a correr con todas sus fuerzas hacia la casa. A oscuras, subió de cuatro en cuatro los peldaños de la escalera y llegó, casi sin respiración, a la habitación de Missy.
Todo parecía estar en calma. La niña descansaba plácidamente en su cama. Daba la sensación, además, de que su sueño era muy profundo. Desde la puerta, George miró hacia la ventana donde, supuestamente, acababa de ver a Melissa y lo que el había identificado como una cabeza de cerdo con ojos brillantes. Pero no había nada. Solo la luz de la Luna, que se colaba a través de los cristales e iluminaba esa parte del dormitorio.
Contrariado, y un poco confuso, George se dio media vuelta con la intención de meterse de nuevo en la cama y seguir descansando. Pero no llegó a dar ni un solo paso. Un leve crujido, lento, que se repetía en una especie de vaivén desconcertante, empezó a sonar a su espalda. Entonces giró la cabeza en dos segundos que le parecieron eternos, y vio que Missy seguía dormida en su cama. A través de la ventana se veía el jardín y la claridad plateada del reflejo lunar.
Pero esta vez si pudo observar algo distinto. Sus ojos se fueron desplazando muy despacio hacia la derecha. Y allí, cerca de la ventana, a los pies de Missy, la mecedora de su hija se balanceaba sola adelante y atrás, sin que nadie, aparentemente, lo estuviera provocando. La mecedora estaba vacía.
A las nueve de la mañana, Kathy y George desayunaban en la cocina. Los niños seguían dormidos aún a esa hora. Ambos habían decidido comentar algunas de las cosas que habían ocurrido en los últimos días, pero los dos se callaron determinadas experiencias. Ninguno de los dos quería ser tornado por loco. Así que Kathy no contó a su marido el episodio del crucifijo en el armario, y el decidió no comentarle nada, de momento, sobre lo que había ocurrido la noche anterior en la habitación de Melissa.
Lo de la temperatura en esta casa es muy extraño —dijo Kathy, apurando el último sorbo de café—. El frío parece que se mueve. No siempre esta en el mismo sitio. A veces esta aquí en la cocina, otras veces en el baño... anoche, por ejemplo, la habitación de juegos del ático estaba helada. Y no dejaba de ser sorprendente, porque me acerque al radiador y estaba caliente. Pero no se podía estar en ese cuarto del frío que hacia.
—Si —respondió George, sintiéndose comprendido—. El frío se mueve... aunque parece que siempre se mueve conmigo, Kathy. Te juro que en los siete días que llevamos aquí todavía no he podido entrar en calor. Es como si se hubiese alojado en mi...
Kathy recogió los platos y las tazas y las depositó en el fregadero.
Eso me recuerda, querido, que necesitamos Hemos gastado mucha estos días y el pronóstico del tiempo no hace más que anunciar nieve. También deberíamos comprar algunos alimentos... No hemos salido de los límites de esta parcela en una semana, y la despensa empieza a estar vacía.
Oye —dijo el, cambiando de asunto: la idea de salir no le apetecía lo mas mínimo-. ÀNo crees que tendríamos que llamar de nuevo al padre Pecararo? Es muy raro lo que me dijo sobre el cuarto de la costura. Hemos convencido a los niños para que no entren allí, pero ni tú ni yo sabemos la razón exacta...
Kathy movi6 la cabeza afirmativamente y se dirigió al teléfono. A los pocos segundos regresó algo cabizbaja.
No responde. Debe de haber viajado a casa de su madre para pasar junto a ella la Nochebuena. Lo intentare más tarde. Ante el silencio de George, Kathy se dio cuenta de que su marido había eludido el tema de ir al supermercado. Así que suspiró profundamente y se quito el delantal.
—Está bien, querido. Me ofrezco voluntaria para ir a la compra.
Sobre las siete de la tarde, Kathy decidió subir a la habitación de juegos para ayudar a sus hijos a cambiarse para la cena. La comida estaba prácticamente preparada y George parecía no tener muchas ganas de hablar. De nuevo se había irritado, y ella no tenía ni idea de la razón que le había provocado el enfado esta vez. En cualquier caso, no estaba dispuesta a dejar que nada enturbiase su buen humor esa noche. Por la tarde había empezado a nevar, eso le había traído una agradable sensación de bienestar.
Mientras imaginaba los copos de nieve cayendo sobre la hierba del jardín, Kathy llegó al descansillo de la primera planta. Se disponía a girar a la izquierda para subir al ático, cuando escuchó hablar a Melissa en su habitación. Sonrió, pensando que por fin sus hijos hablaban civilizadamente entre ellos en lugar de pelearse, y le sorprendió gratamente el hecho de que los mayores guardaran silencio mientras Missy se dirigía a ellos.
Pero cuando llegó a la altura de la puerta del dormitorio, Kathy descubrió que su hija estaba hablando sola.
Es bonita la nieve, Àverdad, Jodie? —preguntó Missy, balanceándose lentamente en su mecedora y mirando hacia el otro lado de la habitación.
Kathy siguió la mirada de su hija, pero su vista se perdía en un rincón vacío del dormitorio.
-ÀCon quien estás hablando, pequeña? —interrumpió la madre sonriente, pensando en el típico juego de niños de amigos imaginarios con los que se habla y se juega.
Con Jodie, mamá. Es un cerdito. Y es mi amigo. Nadie puede verlo. Solo yo.
«Vaya» —pensó Kathy—. «Esta vez si que ha llegado lejos con la imaginación. No ha pensado en una amiga o un amigo humano, sino en un animal... y nada de un perro o un gato, no: un cerdo. Era de lo más rebuscado, y cómico al mismo tiempo.»
—Bueno, cariño —dijo Kathy en voz alta—. Casi es la hora de la cena, así que podemos ir lavándonos las manos, Àde acuerdo? Papá nos está esperando abajo. Yo iré a buscar a tus hermanos...
—A Jodie no le gusta papá —mencionó la niña cuando su madre estaba a punto de atravesar el umbral de la puerta.
—Ah, Àno? ÀY por qué no le gusta, si puede saberse?
Melissa permaneció callada unos segundos, sin dejar de balancearse y de mirar al rincón solitario. Finalmente, respondió a su madre.
Dice que le recuerda a la persona que lo mató...
Kathy se sorprendió con aquella respuesta. Una cosa era que su hija se inventase personajes o amigos, pero otra bien distinta resultaba aquel comentario nada usual para un juego de una niña de cinco años.
Melissa, por favor —repitió su madre, intentando desviar el tema de la conversación—. Levántate de ahí y ve a asearte. Es casi la hora de cenar.
Kathy dejó la habitación de su hija y caminó despacio hacia la escalera del ático. Al pasar junto al cuarto de la costura se quedó mirando unos instantes la puerta cerrada de la habitación, en la que no entraba nadie desde el día anterior. Entonces se dio cuenta de que Missy estaba mirando a un punto concreto de la pared que compartían el dormitorio y el cuarto de la costura. Sintió un escalofrío y empezó a subir rápidamente hacia el ático intentando apartar ese pensamiento de su mente.
A una media hora en coche de allí, el padre Ralph Pecararo descansaba en su casa, anexa a la parroquia del Sagrado Corazón.
Llevaba dos días sin salir debido a la gripe, que le provocaba una fiebre que subía por encima de los cuarenta grados. El sacerdote se metió en su cama, realmente sorprendido por el hecho de que los Lutz no respondieran a sus llamadas.
La policía le había confirmado que estaban en su casa y él no dejaba de telefonear. Pero no alcanzaba a conocer la razón por la que no descolgaban el auricular.
Toda esta historia le parecía cada vez más misteriosa. Tiritando de frío, y sudando al mismo tiempo, el padre Pecararo decidió hacer caso a su médico y aparcar todo el trabajo pendiente, tanto del tribunal como de sus pacientes.
Intentó descansar, pero no pudo. En su cabeza circulaba constantemente una misma palabra: «maligno».
Su preocupación por la familia Lutz se multiplicó por tres.
AQUELLA CASA MALDITA EN AMITYVILLE
de Carlos Cala, editorial EDAF
P.V.P. 13,95 € - 232 páginas -
Formato 16 x 24 cm - Rústica con solapa
[Haz tu pedido aquí]
Datos del Autor:
CARLOS CALA BARROSO nació en Morón de la Frontera (Sevilla) en enero de 1974. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Hispalense de Sevilla. Toda su vida profesional ha estado vinculada a la Cadena SER, donde empezó a trabajar en 1992. Actualmente pertenece al equipo de los Servicios Informativos de la SER y también colabora en el programa Milenio3. Ha escrito numerosos relatos cortos y guiones radiofónicos y fue miembro del Grupo de Teatro de los Corrales Andaluces. Esta es su primera novela.
http://www.ikerjimenez.com/reportajes/amityville/index.htm
Extractado del libro "Aquella casa maldita en Amityville", editorial EDAF
Día 8
Jueves, 25 de diciembre de 1975
George se sentó en la cama. Sabía perfectamente la hora que era sin necesidad de tener que mirar el reloj: las tres y cuarto de la madrugada. No entendía cómo era posible que esa noche también se despertara a la hora de siempre. Había dormido profundamente, pero solo una hora, porque se habían acostado tarde después de marcharse la madre y el hermano de Kathy. Pensaba que hoy dormiría hasta por la mañana, pero se había equivocado.
A su lado, su esposa descansaba tranquilamente, bocabajo y tapada hasta la cintura. Todo parecía normal, no se escuchaba nada, salvo el silbido del viento entre los árboles del jardín. Se respiraba cierto ambiente acogedor, y cayó en la cuenta de que era la primera vez que tenia esa sensación en la casa desde que se habían mudado, hacia una semana. El dormitorio estaba oscuro, pero podía ubicar los objetos gracias a la luz de la Luna que entraba desde el jardín.
De pronto, su mujer empezó a murmurar algo entre dientes, pero George no logró descifrar lo que estaba diciendo. Se esforzó. Incluso acerco su oído a ella con la intención de escuchar mejor sus palabras, pero no lo consiguió. Kathy inspiró profundamente y se incorporó de golpe. Parecía perdida. Su cabeza empezó a moverse con rapidez, mirando a un sitio y a otro, como desorientada. Con la respiración entrecortada, logró pronunciar algunas palabras.
—ÁEn la cabeza! —gritó sin mirar a su marido, que la observaba estupefacto-. i Le dispararon en la cabeza!.
George la cogió por el brazo y le acarici6 la cara. Después la abrazó con dulzura.
—Vamos, cariño. Tranquilízate. Solo ha sido una pesadilla. Nada más...
Kathy se acurrucó entre los brazos de su marido y volvió a quedarse profundamente dormida. Entonces la dejó nuevamente sobre la cama y se levantó para ir, como todas las noches, a la caseta del embarcadero. Otra vez sintió la imperiosa necesidad de comprobar si la puerta estaba o no cerrada. Se vistió, se puso su chaqueta de abrigo y salió al frío helado del jardín. La luz de la luna imprimía tonalidades blanquecinas a todo cuanto había a su alrededor. Se miró las manos, y también las vio blancas.
George llegó al embarcadero donde guardaba la lancha. Harry, el perro, salió de su caseta al oír sus pasos, pero ni siquiera ladró. Lo reconoció de inmediato. George se quedó unos instantes acariciando al animal, mientras miraba hacia la puerta cerrada del recinto de madera. Dejó a Harry y se acercó un poco más.
Observó la cerradura y se dio cuenta de que la llave seguía echada. Todo en orden. Se levantó el cuello del abrigo para protegerse la nuca y echo a andar por el camino de vuelta a la casa.
Al llegar a la altura de la piscina algo llamó su atención en el primer piso. Se detuvo en seco y miró hacia la ventana de la izquierda, la de la habitación de la pequeña Melissa. Le pareció ver un movimiento, pero no pudo distinguirlo claramente. Entonces se restregó los ojos con las manos para aclarar la visión y trató de enfocar un poco más la vista hacia el cristal. El corazón se detuvo de golpe.
Allí, desde la ventana de su habitación, Missy lo observaba intensamente. Seguía todos sus movimientos con los ojos abiertos como platos. Detrás de ella, George creyó ver de forma borrosa la cara de un cerdo con unas brillantes pupilas de color rojo, que parecían taladrarlo con la mirada. Su respiración se agitó y no tuvo más remedio que llevarse la mano al pecho, tratando de recuperarse de la impresión. Cuando recobró el aliento, echo a correr con todas sus fuerzas hacia la casa. A oscuras, subió de cuatro en cuatro los peldaños de la escalera y llegó, casi sin respiración, a la habitación de Missy.
Todo parecía estar en calma. La niña descansaba plácidamente en su cama. Daba la sensación, además, de que su sueño era muy profundo. Desde la puerta, George miró hacia la ventana donde, supuestamente, acababa de ver a Melissa y lo que el había identificado como una cabeza de cerdo con ojos brillantes. Pero no había nada. Solo la luz de la Luna, que se colaba a través de los cristales e iluminaba esa parte del dormitorio.
Contrariado, y un poco confuso, George se dio media vuelta con la intención de meterse de nuevo en la cama y seguir descansando. Pero no llegó a dar ni un solo paso. Un leve crujido, lento, que se repetía en una especie de vaivén desconcertante, empezó a sonar a su espalda. Entonces giró la cabeza en dos segundos que le parecieron eternos, y vio que Missy seguía dormida en su cama. A través de la ventana se veía el jardín y la claridad plateada del reflejo lunar.
Pero esta vez si pudo observar algo distinto. Sus ojos se fueron desplazando muy despacio hacia la derecha. Y allí, cerca de la ventana, a los pies de Missy, la mecedora de su hija se balanceaba sola adelante y atrás, sin que nadie, aparentemente, lo estuviera provocando. La mecedora estaba vacía.
A las nueve de la mañana, Kathy y George desayunaban en la cocina. Los niños seguían dormidos aún a esa hora. Ambos habían decidido comentar algunas de las cosas que habían ocurrido en los últimos días, pero los dos se callaron determinadas experiencias. Ninguno de los dos quería ser tornado por loco. Así que Kathy no contó a su marido el episodio del crucifijo en el armario, y el decidió no comentarle nada, de momento, sobre lo que había ocurrido la noche anterior en la habitación de Melissa.
Lo de la temperatura en esta casa es muy extraño —dijo Kathy, apurando el último sorbo de café—. El frío parece que se mueve. No siempre esta en el mismo sitio. A veces esta aquí en la cocina, otras veces en el baño... anoche, por ejemplo, la habitación de juegos del ático estaba helada. Y no dejaba de ser sorprendente, porque me acerque al radiador y estaba caliente. Pero no se podía estar en ese cuarto del frío que hacia.
—Si —respondió George, sintiéndose comprendido—. El frío se mueve... aunque parece que siempre se mueve conmigo, Kathy. Te juro que en los siete días que llevamos aquí todavía no he podido entrar en calor. Es como si se hubiese alojado en mi...
Kathy recogió los platos y las tazas y las depositó en el fregadero.
Eso me recuerda, querido, que necesitamos Hemos gastado mucha estos días y el pronóstico del tiempo no hace más que anunciar nieve. También deberíamos comprar algunos alimentos... No hemos salido de los límites de esta parcela en una semana, y la despensa empieza a estar vacía.
Oye —dijo el, cambiando de asunto: la idea de salir no le apetecía lo mas mínimo-. ÀNo crees que tendríamos que llamar de nuevo al padre Pecararo? Es muy raro lo que me dijo sobre el cuarto de la costura. Hemos convencido a los niños para que no entren allí, pero ni tú ni yo sabemos la razón exacta...
Kathy movi6 la cabeza afirmativamente y se dirigió al teléfono. A los pocos segundos regresó algo cabizbaja.
No responde. Debe de haber viajado a casa de su madre para pasar junto a ella la Nochebuena. Lo intentare más tarde. Ante el silencio de George, Kathy se dio cuenta de que su marido había eludido el tema de ir al supermercado. Así que suspiró profundamente y se quito el delantal.
—Está bien, querido. Me ofrezco voluntaria para ir a la compra.
Sobre las siete de la tarde, Kathy decidió subir a la habitación de juegos para ayudar a sus hijos a cambiarse para la cena. La comida estaba prácticamente preparada y George parecía no tener muchas ganas de hablar. De nuevo se había irritado, y ella no tenía ni idea de la razón que le había provocado el enfado esta vez. En cualquier caso, no estaba dispuesta a dejar que nada enturbiase su buen humor esa noche. Por la tarde había empezado a nevar, eso le había traído una agradable sensación de bienestar.
Mientras imaginaba los copos de nieve cayendo sobre la hierba del jardín, Kathy llegó al descansillo de la primera planta. Se disponía a girar a la izquierda para subir al ático, cuando escuchó hablar a Melissa en su habitación. Sonrió, pensando que por fin sus hijos hablaban civilizadamente entre ellos en lugar de pelearse, y le sorprendió gratamente el hecho de que los mayores guardaran silencio mientras Missy se dirigía a ellos.
Pero cuando llegó a la altura de la puerta del dormitorio, Kathy descubrió que su hija estaba hablando sola.
Es bonita la nieve, Àverdad, Jodie? —preguntó Missy, balanceándose lentamente en su mecedora y mirando hacia el otro lado de la habitación.
Kathy siguió la mirada de su hija, pero su vista se perdía en un rincón vacío del dormitorio.
-ÀCon quien estás hablando, pequeña? —interrumpió la madre sonriente, pensando en el típico juego de niños de amigos imaginarios con los que se habla y se juega.
Con Jodie, mamá. Es un cerdito. Y es mi amigo. Nadie puede verlo. Solo yo.
«Vaya» —pensó Kathy—. «Esta vez si que ha llegado lejos con la imaginación. No ha pensado en una amiga o un amigo humano, sino en un animal... y nada de un perro o un gato, no: un cerdo. Era de lo más rebuscado, y cómico al mismo tiempo.»
—Bueno, cariño —dijo Kathy en voz alta—. Casi es la hora de la cena, así que podemos ir lavándonos las manos, Àde acuerdo? Papá nos está esperando abajo. Yo iré a buscar a tus hermanos...
—A Jodie no le gusta papá —mencionó la niña cuando su madre estaba a punto de atravesar el umbral de la puerta.
—Ah, Àno? ÀY por qué no le gusta, si puede saberse?
Melissa permaneció callada unos segundos, sin dejar de balancearse y de mirar al rincón solitario. Finalmente, respondió a su madre.
Dice que le recuerda a la persona que lo mató...
Kathy se sorprendió con aquella respuesta. Una cosa era que su hija se inventase personajes o amigos, pero otra bien distinta resultaba aquel comentario nada usual para un juego de una niña de cinco años.
Melissa, por favor —repitió su madre, intentando desviar el tema de la conversación—. Levántate de ahí y ve a asearte. Es casi la hora de cenar.
Kathy dejó la habitación de su hija y caminó despacio hacia la escalera del ático. Al pasar junto al cuarto de la costura se quedó mirando unos instantes la puerta cerrada de la habitación, en la que no entraba nadie desde el día anterior. Entonces se dio cuenta de que Missy estaba mirando a un punto concreto de la pared que compartían el dormitorio y el cuarto de la costura. Sintió un escalofrío y empezó a subir rápidamente hacia el ático intentando apartar ese pensamiento de su mente.
A una media hora en coche de allí, el padre Ralph Pecararo descansaba en su casa, anexa a la parroquia del Sagrado Corazón.
Llevaba dos días sin salir debido a la gripe, que le provocaba una fiebre que subía por encima de los cuarenta grados. El sacerdote se metió en su cama, realmente sorprendido por el hecho de que los Lutz no respondieran a sus llamadas.
La policía le había confirmado que estaban en su casa y él no dejaba de telefonear. Pero no alcanzaba a conocer la razón por la que no descolgaban el auricular.
Toda esta historia le parecía cada vez más misteriosa. Tiritando de frío, y sudando al mismo tiempo, el padre Pecararo decidió hacer caso a su médico y aparcar todo el trabajo pendiente, tanto del tribunal como de sus pacientes.
Intentó descansar, pero no pudo. En su cabeza circulaba constantemente una misma palabra: «maligno».
Su preocupación por la familia Lutz se multiplicó por tres.
AQUELLA CASA MALDITA EN AMITYVILLE
de Carlos Cala, editorial EDAF
P.V.P. 13,95 € - 232 páginas -
Formato 16 x 24 cm - Rústica con solapa
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Datos del Autor:
CARLOS CALA BARROSO nació en Morón de la Frontera (Sevilla) en enero de 1974. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Hispalense de Sevilla. Toda su vida profesional ha estado vinculada a la Cadena SER, donde empezó a trabajar en 1992. Actualmente pertenece al equipo de los Servicios Informativos de la SER y también colabora en el programa Milenio3. Ha escrito numerosos relatos cortos y guiones radiofónicos y fue miembro del Grupo de Teatro de los Corrales Andaluces. Esta es su primera novela.
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
Ahora me he quedado con ganas de saber mas sobre este caso xd
Valla con el cerdito...
lo siento, no lo he podido evitar xD
Valla con el cerdito...
lo siento, no lo he podido evitar xD
¡Soy el fantasma de Habtium! Me dedico a reemplazar aquellas cuentas que han sido eliminadas. 👻
ÀCómo puedes explicar diferencia de temperatura de una estancia a otra 10 grados? ÀY que las 3AM no solamente se levantase el padre, y que la puerta de atrás o del enbarcadero a esa hora notase que estaba abierto, se levantaba y estaba cerrada, pero Àa las 3AM sabes que sucedió? Sucedieron los asesinatos.
Creo que lo del cerdo es un invención de la pelicula, que ne realidad lo que veía era un niño o una niña, muy similar a la que vivió allí. Àcómo explicas eso?
Extraigo un texto de una web
Fraudes, conspiraciones, y parte de realidad...
El caso de Amityville está rodeado de información fraudulenta. Datos "añadidos" que convierten a la historia en mera leyenda urbana... Sin embargo, creemos que todos los fraudes vienen de la parte de investigación parapsicológica, y no es así... También hay datos inventados por la parte criminalística. Esa que es puramente demostrable.
Uno de los más conocidos fraudes del caso es el de "el séptimo cuerpo". Ric Osuna, autor de "La noche en que murieron los DeFeo" publicó una foto en dicha obra sobre la escena del crimen de Dawn DeFeo, la hija menor de la familia.
Además, la fotografía que Ric Osuna nos muestra, es la de una chica con un ojo morado y sangrando por la nariz... Sin embargo, Dawn DeFeo no sufrió ninguna de esas lesiones.
Más tarde, podemos ver una carta en la que el mismo autor le propone a Kathy Lutz enviarle una copia del manuscrito de su nuevo libro "Horror en Amityville. Descubriendo la verdad", para que ella altere o cambie aquello que vea necesario.
http://www.mundoparapsicologico.com/xx/fotos/articulo/97/9.jpg
En una carta que el mismo Ronald DeFeo Jr. escribió desde la carcel, niega su colaboración con Ric Osuna, y afirma que él es un farsante y todo lo escrito por él, es puro fraude... Afirma también que el único interés que mueve a Ric Osuna es el económico.
Posteriormente, otro de los hechos muy discutidos es el de la llegada de un cura a la casa para exorcizarla durante la estancia de los Lutz... ÀRealmente acudió un cura a acabar con los demonios del lugar? La respuesta es rotunda: Sí. Fue concretamente el padre Pecoraro el cura que acudió al lugar. En una entrevista, Pecoraro afirmó que al entrar en la casa sintió un frío enorme... y bien es cierto que era un día de invierno, pero era un día expléndido, y fuera hacía mucho más calor que dentro de la casa (según su afirmación). Posteriormente, escuchó una voz que le decía "sal de aquí inmediatamente".
Pues bien, el periodista Jay Anson en su obra "Terror en Amityville" aseguró que George Lutz conocía al padre Pecoraro desde antes incluso de contraer matrimonio... Al hacerle la pregunta a Kathy Lutz, respondió que George había hablado con el padre de manera telefónica el 30 de Julio de 1975... Sin embargo, al preguntarle a George Lutz cuándo conoció al padre Pecoraro, él afirmó que el 14 de Julio de ese mismo año. Tan solo 10 días después de contraer matrimonio... Es un desajuste de fechas bastante llamativo, aunque George Lutz nunca negó que el padre Pecoraro bendijo la casa por ser amigo suyo.
Posteriormente, William Daley, el abogado de los Lutz en aquellos momentos, afirmó en una entrevista radiofónica que el padre Pecoraro nunca había pisado la casa, y que el único contacto que mantuvo con la familia fue durante una llamada telefónica en la que los Lutz le hablaron al cura sobre sus experiencias parapsicológicas.
Días después, el padre Pecoraro se pronunció haciendo referencia al libro de Jay Anson... Negó todo lo que ella contaba sobre él en el libro, pues hacía referencia a sucesos paranormales que él no había vivido.
Otro dato curioso es el que nos ofrece el parte meteorológico de los días que pasaron los Lutz en el lugar... Muchos creemos que un parte meteorológico solo sirve para saber si podemos realizar por fin ese viaje que tanto hemos esperado, o para quedarse en casa escribiendo artículos. Sin embargo, en este caso nos ofrece unos datos esclarecedores... Los Lutz afirmaron que durante su estancia, vieron extrañas pisadas en la nieve con forma sobrehumana, pisadas de demonios. Es curioso, ya que los registros meteorológicos no detectaron nieve durante esos días.
Posteriormente, Ed y Lorrain Warren, que capitanean un grupo de investigación de nueve personas, llevaron a cabo una investigación dentro de la casa, y afirmaron vivir fenómenos paranormales. Sin embargo, comenzaron a ser desprestigiados por el "doctor" Steven Kaplan, cuando escribió "La conspiración de Amityville"... Y es curiosa la historia que hay detrás. Steven Kaplan no es doctor, ese término se lo puso él mismo delante de su nombre. Además, Kaplan quería investigar en la casa, y de hecho fue el primero en entrar a investigar el lugar... Pero igual que entró, se marchó, ya que George Lutz no le permitió seguir adelante con su investigación. Entonces llamó a los Warrens.
Estos afirmaron además, que todo lo que Lutz había contado, era tan preciso con la historia de la demonología, que no podía haberlo inventado y haber sido tan exacto, puesto que él no tenía conocimientos del tema.
Lo más interesante del caso, y de la historia es lo siguiente... Durante uno de los juicios contra Ronald DeFeo (Butch) en 1979, su abogado, Weber, acusó a los Lutz de "incumplir su promesa", ya que según apuntan todos los datos, habían pactado para hacer un fraude... Un fraude que por lo que parece, aún sigue sin destapar. Por supuesto, tiene lógica pactar un fraude así.
Para empezar, Ronald DeFeo no sería tomado por loco, y justificaría los asesinatos mediante la posesión de la casa. Y los Lutz adquirirían fama y dinero. Todo era muy sencillo. Y así ha sido hasta hoy.
Y para finalizar, el gran fraude... "La casa sigue vacía a día de hoy". Pues no, la casa está habitada, y fue habitada tres veces después de la partida de los Lutz. Primero fue la familia Cromarty, que cambió el 412 por el 408 para evitar a la gran cantidad de curiosos que se acercaban a la casa cada día. Después fueron los O'Neill que habitaron la casa hasta 1997 y actualmente, la casa es habitada por los Wilson.
Me gustaría ir terminando con unas frases sacadas de la web del ayuntamiento de Amityville... El texto se titula "Lo que sí sucedió". Y es el siguiente:
"Es cierto que seis personas fueron asesinadas y que Ronald DeFeo fue condenado por seis acusaciones de asesinato.
Es cierto que la Familia Lutz compró la casa de la familia DeFeo y vivió en ella durante veintiocho días.
La casa fue, posteriormente, vendida a una familia que vivió allí durante varios años. El único fenómeno "poco natural" que, ellos y los dueños sucesivos, han padecido es la invasión de su propiedad e intimidad por montones de turistas.
La opinión de muchos de los residentes de pueblo es que los hechos representados en los libros (y las películas sucesivas) fueron escritos únicamente con fines lucrativos.
Con respecto a la renuencia del Pueblo para hablar del asunto, esta clase de publicidad trivializa la muerte de los seis miembros de la familia DeFeo.
También resulta una carga enorme, para la familia que vive actualmente en la casa, tener a forasteros constantemente en su puerta invadiendo su propiedad.
Si después de leer esto usted se pregunta por qué el pueblo no quiere rentabilizar el asunto de la casa, le pedimos simplemente que tenga en cuenta que los DeFeo eran nuestros amigos y vecinos; de forma que para nosotros este asunto supone un triste recordatorio de la tragedia.
Largo, pero intenso. He ahí el gran fraude de Amityville, Nueva York
Me he hartado de leer en este hilo, y eso que nos e ha pasado chimechu.
Muy, muy interesantes los relatos de ambos. Está claro que mucha gente se inventa cosas y las distorsiona queriendo o no.
El clérigo dice al principio que ha ido y luego no. Eso no cambia nada, bien pudo ser que fuese, o que no.
Y lo de la nieve, Ànunca te ha pasado en un sitio está lliviendo (digo llover porque es más común) y muy cerca no ha caído ni una gota?
Muy, muy interesantes los relatos de ambos. Está claro que mucha gente se inventa cosas y las distorsiona queriendo o no.
El clérigo dice al principio que ha ido y luego no. Eso no cambia nada, bien pudo ser que fuese, o que no.
Y lo de la nieve, Ànunca te ha pasado en un sitio está lliviendo (digo llover porque es más común) y muy cerca no ha caído ni una gota?
Yo ya he oido muchas historias, las tipicas que te dicen que se ha construido un edificio donde hace mucho tiempo habia salas de torturas, hospitales para locos, o donde quemaban las brujas. Y eso da lugar a fantasmas, espiritus, o cosas extrañas en el lugar.
Si hubiese sido la familia Litz, yo no hubiese vivido en una casa en la que un chico que oía voces habia matado a sus hermanos y padres... :S
Si hubiese sido la familia Litz, yo no hubiese vivido en una casa en la que un chico que oía voces habia matado a sus hermanos y padres... :S
Es que sólo se atrevieron a comprarla ellos xd
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Un lugar en el que se quemaban brujas??
Se quemaban en la plaza del pueblo... se puede construir al lado pero no en esta
Se quemaban en la plaza del pueblo... se puede construir al lado pero no en esta
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a mi lo k ms miedo me dió es que en 4º milenio, el reportaje, salia una figura fanasmal como un demonio, k cosa me dio, miedo repelus...
el video no le he encontrado, pero esa casa en si da miedo
el video no le he encontrado, pero esa casa en si da miedo
No sé si erá era en está casa, pero oí algo de que había un antiguo cementerio indio... No sé si aquí, o en un caso muy similar a este.