Existe un preocupante
problema social que ha recorrido todo medio informativo posible, se han hecho
campañas al respecto y ha sido motivo de
intensos debates. Sin embargo, como muchos otros, no se puede hablar lo suficiente de él, sobre todo cuando las personas que tienen (o deberían tener) el poder para cortarlo de raíz, sencillamente les preocupa poco o nada, entre muchas otros casos. Ese es, claro, el
acoso escolar o
bullying. Te hablaremos de él hoy, quizás mañana no recuerdes, pero nuestro pesar podría hacer resaltar una gota en el mar en un futuro.
¿Qué es el Bullying o Acoso escolar?
El
bullying o
acoso escolar es cualquier usanza de maltrato físico, verbal y/o psicológico continuo e intencional por parte de otro u otros escolares que se ve focalizada, por lo general, en jóvenes tímidos, con ya de por sí dificultades para
mantener interacciones sociales activas, siendo precisamente éste uno de los objetivos principales de esa conducta: la exclusión social del agredido.
Por desgracia, no se limitan a solo eso, y la lista de finalidades por parte de los que cometen
bullying varía desde
someter y
asustar a la víctima para obtener algo, hasta las
confrontaciones físicas o el uso de
ofensas para satisfacer necesidades intrínsecas de agresión o, en muchos casos, de atención. Todo esto, por su parte, no hace más que generar secuales psicológicas en la víctima, por lo que es común que el acosado se encuentre en un estado permanente de temor, formándose en su mente la idea de que su lugar de estudio no es seguro y, en consecuencia, se muestre reacio, nervioso y/o triste de acudir a él.
Palabras que pueden dañar o molestar
Como algunos entendidos sabrán, los tipos de acoso escolar son varios:
físicos,
verbales,
psicológicos,
sexuales e incluso
virtuales (cuyo término específico para este es
Cyberbullying o
Ciberacoso), pero echando ojo a las estadísticas, nos damos cuenta que las agresiones verbales (seguidas de las físicas) suelen ser las más comunes y, por lo tanto, las que más afectan a las chicas y chicos. Por nuestra parte, nos mantenemos firmes en creer que no hay algo tan poderoso como
las palabras, y como prueba de ello, existe una pequeña frase que se adecúa perfectamente a este caso:
Puede parecer inverosímil al principio, pero no tardamos en darle la razón cuando esas palabras se convierten en
burlas,
amenazas,
sobrenombres,
insultos,
menosprecios, resalto de defectos físicos y/o comportamientos que suelen tildar como "raros" (incluso si no lo son),
chantajes,
intimidaciones,
comentarios irónicos,
difusión de chismes y, más allá,
lenguaje sexual ofensivo e
indecente. ¿Todavía sigues sin creer que algo así pueda llegar a afligir a alguien? Pronto te haremos cambiar de opinión...
¿Cómo te pueden afectar?
No todas las personas somos iguales, ni por fuera, ni por dentro. Y es que la forma en la que nos tomamos las cosas que nos dicen otros puede varias mucho de una persona a otra. Quizás hay quien sepa ignorar y pasar de lado el problema, pero también existen aquellos a los que les afecta, y mucho, un ataque de este tipo, ya sea
un menosprecio, un insulto o una falta de respeto. Quizás no somos conscientes de ello pero las palabras duelen, a veces mucho más que un golpe, e incluso llegan al punto de afectar psicológicamente a quien van dirigidas. No es extraño que quien lo sufre se margine cada vez más, aislándose de los que le rodean y del mundo en general e incluso pueda llegar a pensar que no vale, que no sirve para nada, que está de más, que sobra.
Cómo nos afecte esto depende no solo de nosotros mismos sino también de nuestro entorno, l
a familia y los amigos son pilares fundamentales para apoyarnos en ellos cuando nos sintamos mal con el mundo o con nosotros mismos. Están ahí cuando los necesitamos y son la clave para poder afrontar la situación y no dejarse vender por nada ni nadie.
Nada vale más que tú.
No eres el único, le puede pasar a cualquiera.
Uno puede pensar que los sucesos aleatorios nunca tocan, que son como la lotería. El problema llega el día en el que la situación aparece
en nuestro círculo cercano, entonces la cruda realidad cae como un cubo de agua fría ante nuestros ojos, un amigo, un hermano, incluso tu futuro hijo o hija. Mantén la máxima "no hagas a otros lo que no quieras para ti" y ten siempre en mente que si tú actúas de mala manera frente a otro, esa misma situación puede volverse del lado opuesto frente a ti o alguien importante para ti,
ponte en el lado del otro, piensa y siente lo que pueda llegar a sufrir.